REGLAS DE PAREJA
Septiembre-2010
Por Julián Lucena Fuentes.
Para una persona joven como yo, y teniendo en cuenta que estamos en el siglo XXI y bien pasados veinte años de este, la historia que voy a contar, si más no, es sorprendente.
Yo soy de los que siempre he pensado que entre una pareja, no debe haber sexualmente hablando, ningún tipo de trabas o impedimentos en sus actos, juegos ó fantasías sexuales. Hace tiempo ya que pasó lo de las censuras o prejuicios de siglos pasados, debido básicamente a la religión u otras éticas morales, por suerte ya superadas.
Lo que contaré a continuación, supera estos acontecimientos, porque siendo jóvenes y no haber vivido aquellas épocas desconocidas para nosotros, hace pensar que no somos tan liberados y que realmente en lo esencial, somos como nuestros padres o abuelos: machistas, celosos y muy apasionados.
Somos tres parejas de amigos casi de la misma edad, hemos terminado los estudios de la universidad, hace tres años y unos estamos trabajando ya, y los que no o siguen estudiando porque no necesitan trabajar, o no encuentran trabajo y viven de sus padres, o de su pareja.
Empezaré por presentarnos. Me llamo Eduard Ribas, (el burro delante), soy catalán y mi familia llegó a Catalunya en los años ochenta del siglo pasado.
Provenientes: De Grecia, mi padre, que es catalán y se siente así, aunque no naciera aquí, y de Egipto, mi madre.
Yo terminé la carrera de Ingeniero de Canales y Puertos y entré a trabajar en una empresa de mantenimientos de autopistas. Tengo pareja desde hace dos años. Me junté con una chica que conocí en el trabajo, ella trabaja en la misma empresa que yo, como pintora y lleva una máquina muy complicada de esas que pintan las rayas de las autopistas y carreteras. Se llama Neus y su familia es de Regincós, de toda la vida. Estudió en la Universidad de Palafrugell, la carrera de Farmacia, pero como no encontraba trabajo de farmacéutica, cogió este otro, que aunque no es muy apropiado para una chica tan fina, farmacéutica y muy guapa, además gana poco, pero le gusta lo que hace y como es muy lanzada, lo hace a las mil maravillas, ya ha desbancado a varios colegas y le han dado la máquina nueva, que es la envidia de todos.
Vivimos en un piso en Begur que hemos alquilado y nos estamos planteando, tener un niño o adoptarlo, ya veremos.
La siguiente pareja, está formada por un amigo mío Jacobo, (Jakob) le digo yo, del cole que hemos sido inseparables desde que éramos niños, cuando jugábamos en la Plaçeta del Canó de Palamós e íbamos al Colegio de los Salesianos después fuimos juntos al instituto Bedruna y los dos nos apuntamos a la misma carrera y en la misma Universidad. Empezamos en Barcelona, yo estuve dos años allá y después me vine a la Universidad de Girona, eso me costó un año más de carrera, porque tuve que repetir, tercero. En cambio encontré trabajo antes que Jakob. Ahora anda haciendo Masters y cursos raros que seguro no le servirán para nada, pero su familia, que son de Ecuador, tienen una empresa de jardinería y les va de maravilla, le pagan todo y a vivir que son dos días!. Jakob, está casado y hasta por la iglesia, con una chica de Chile, Sara. Que no hace mucho que vive aquí. Se casaron el año pasado y lo hicieron por la iglesia porque si no a su madre, que es muy católica, le da algo. A Jakob, lo del casorio le da igual, pero su madre tiene la pasta, y por tal de tenerla contenta hace cualquier cosa.
Sara, trabaja en una oficina del Banco Santander de Platja d’Aro, donde lleva el departamento de extranjería. Vino hace tres años, sola y con el trabajo ya desde su país, pues allí trabajaba en una sucursal del Santander en Santiago. Ella es el alma del matrimonio, pues gana bastante y es muy ordenada y trabajadora, lo contrario de Jakob, al que lleva, ó intenta llevar a raya. Él pasa de todo, gasta como si el dinero no tuviera valor, y se lo pasa a lo grande!.
La tercera pareja, no lo son aún, pero todos estamos en ello, lo que ocurre es que son un poco peculiares.
La chica es una compañera de estudios, de Jakob y mía de nuestros tiempos en la Uni de Barcelona. Compartíamos un piso de alquiler los tres, en Horta. En principio alquilamos el piso, Jakob y yo, pero conocimos a Cristina, hicimos amistad y como buscaba piso, decidimos que viniera con nosotros a vivir. Jakob estaba encantado, pues Cristina está imponente de cuerpo y algo ligerilla que era de cascos, supongo que dejó volar su imaginación y ya se veía organizando orgías y todo eso que tanto morbo le daba a él. La primera visita que hizo con nosotros al piso, se quedó sorprendida, pues solo teníamos dos dormitorios y con una sonrisa picantona, preguntó. - Bueno, ¿ya habéis pensado, con cual de vosotros tengo que dormir?.
- No, dije yo disculpándome un poco, al ver como se relamía Jakob, que seguro que le rondaba por la cabeza, “Eso, podemos alternar una noche para cada uno”, pero no lo dijo porque yo ya le había advertido. El piso tenía un salón-comedor en L y la parte más pequeña la hacíamos servir para estudiar, donde teníamos un escritorio largo, dos ordenadores en el centro y dos taburetes, donde podíamos estudiar los dos a la vez.
-Mira, Hemos pensado que la familia de Jakob que tienen furgonetas, yo en mi casa tengo un plegatín y un biombo, podemos traerlo este fin de semana y así podemos dormir uno de nosotros dos en el salón y a ti te dejaríamos un dormitorio.
Cristina estaba encantada, y se ofreció para ser ella la que ocupara el plegatín del salón. Le comentamos que no era lógico y dejamos claro que sería uno de nosotros el que ocupara el salón. Yo, que siempre estoy con eso de poner reglas para todo, les comenté a los dos que para que nuestra amistad fuera duradera y no tuviéramos problemas, debíamos sentar unas bases mínimas. – Tenemos que comportarnos como si fuéramos tres chicos, no debemos enrollarnos en ningún momento, porque si no tendremos problemas a la larga!. Lo dije espetando expresamente a Jacob, que asintió resignado. Me pareció también algo contrariada Cristina, pero puede que solo fuera una apreciación mía. Después hicimos lo propio con los turnos de limpieza, cocina, la música, las visitas de amigos al piso, horas de estudio. Con el ordenador hice la propuesta por escrito y les propuse darle categoría de contrato. “Pero Licenciado, que vos estáis tonto…??, que diría mi padre!…”. Me dijo Jakob, en tono sudamericano, que solo utilizaba cuando se enfadaba.
Cristina es de un pueblo de Teruel, de la Franja que se llama Peñarrolla de Testavins, era muy buena con los estudios, hacía amigos con facilidad y venía dispuesta a comerse el mundo en Barcelona. De cara no es muy guapa, pero tiene unos ojos grandes y grises, es tan alegre y está tan buena, que todos los chicos quieren salir con ella.
Cuando yo decidí venirme a estudiar a Girona, Cristina se llevó un gran disgusto porque el tiempo que estuvimos juntos, hicimos una gran amistad. Yo tenía problemas con el estudio, en cambio ella iba sobrada y me ayudaba con los deberes y en las clases. De hecho el segundo curso en Barcelona, lo aprobé por los pelos, gracias a ella. Como los estudiantes cuando no aprueban, siempre acaban echándole la culpa al centro y yo escuché que aquí en Girona era más fácil, decidí venirme. ¡Craso error! Cuando llegué aquí, sin mi Cristina que me ayudara, suspendí casi todo.
Algún fin de semana, Cristina me llamaba para que les hiciera alguna visita, en cambio Jakob no quería que fuera allá a verlos, prefería que nos viéramos en Platja d’Aro. Naturalmente de fiesta que es lo que a él le gusta!. Los días que fui yo allí, me pareció que las reglas que yo había puesto para nosotros tres, se las habían pasado por…, bueno, allá ellos!, pensaba yo.
Cuando terminamos los estudios, Jakob volvió a casa de sus padres en Platja d’Aro y su madre que lo controlaba todo lo que podía, acabó presentándole una chica que hacía poco que había venido de Chile y que era muy guapa e inteligente. Su madre la conocía del banco y no dudó en organizar una fiesta en su casa para presentársela a Jacobo, haciendo un tanto de Celestina, pero sin darle mucha importancia al tema porque sabía que si su hijo notaba la trampa que le tendía, no caería y le daría largas. La madre de Jakob es una mujer muy inteligente y muy buena persona.
En la fiesta, Jakob quedó prendado de la belleza de Sara y su dulzura. Es bajita, muy morena y de cara es como una muñeca. Como es todo lo contrario que él en el carácter y en su temperamento, debe ser por eso que se llevan tan bien.
Salimos normalmente los cuatro juntos, Sara y Neus se han hecho muy amigas y siempre vamos juntos a todos sitios. Hace poco tiempo, fuimos de vacaciones a Egipto, pues yo tenía muchas ganas de conocer esa tierra, en parte por mis raíces y también porque me encanta la historia de ese pueblo, sobre todo su pasado faraónico que es lo más importante.
Mi madre es de un pueblecito pequeño que se llama Isna, y está entre Luxor y Edfu junto al rio Nilo. Ella apenas recuerda nada de su vida en Isna, pues sus padres emigraron a Turquía cuando ella apenas tenía ocho años.
Mi padre que era medio griego y catalán, nació en Salónica, hijo de Pere Ribas y mi abuela que creo que se llamaba Irene, porque yo no la conocí, pues mi abuelo se casó o no sé si se llegaron a casar en Salónica muy joven y mi padre, Joan Ribas siempre fue muy independiente y no se hacía mucho con su padre, de pequeño mi padre se vino a estudiar a Barcelona, se hizo Guía turístico y viajaba mucho por el Mediterráneo. Habla bastantes lenguas, entre ellas el árabe y el griego naturalmente. Así conoció a mi madre, Janna, en un pueblo de Turquía que se llama Adalia, que está al sur del país, con una playa estupenda y un golfo del mismo nombre que el pueblo, adonde solían llevar turistas y así la conoció. Mi padre era un hombre bastante más mayor que mi madre, pues se conocieron cuando ella solo tenía dieciséis años y mi padre ya pasaba de los cuarenta. Mi madre es muy recatada y no me cuenta muchas cosas, pero yo deduzco por la diferencia de edad entre nosotros, que se quedó embarazada de mi padre con unos diecisiete años, mi padre iba y venía con sus turistas por el pueblo y mi abuelo que no debió andarse por las ramas, en un viaje lo ató corto y le diría: se te acabó el hacer de Don Juan, o te casas o aquí no vuelves!. Tengo que reconocer que mi padre y mi madre se quieren con locura. Se llevan más de veinte años, mi madre lo cuida y lo mima con deleite y él encontró en ella, lo que debió estar buscando con tantos ligues pasajeros que suelen tener los guías turísticos guapos y con mucho mundo corrido. Antes de yo nacer, se vinieron a Palamós, donde mi padre tenía una casita en la Fosca muy pequeña. Allí nací yo, pero pronto nos mudamos al pueblo, a un piso del casco antiguo, más grande para tener al menos tres dormitorios y que mi madre pudiera ir a comprar más cerca.
De pequeño fuimos alguna vez a Adalia a ver a los abuelos, pero a mí no me gustaba porque, ellos solo hablan árabe y yo no los entiendo, además soy muy malo para los idiomas, lo contrario que mi padre. Cuando se trajo a mi madre, a pesar de que ellos se debieron conocer en árabe, porque mi padre lo habla bien, a mi madre le hablaba en catalán y le decía que tenía que aprender el catalán bien, si quería que la trataran como tal, aquí.
Ahora falta el último personaje de esta historia, se llama Robert, es hijo de un catalán de Calonge y su madre es de Almería, pero vive aquí desde muy pequeña. Trabaja en el campo, tienen numerosas viñas y ganado que cuidar, como vacas, ovejas y hasta una camada de jabalís, de la que está orgulloso porque estos animales salvajes, no suelen criarse en cautividad. También tiene una pareja de burros, alguna cabra y numerosos perros de diferentes razas. Le gusta la caza, los toros, que como en Catalunya los prohibieron hace bastantes años, él se va a Pamplona por los Sanfermines, a Sevilla o a Madrid, para ver sus corridas.
A mí, me cae regular, porque ninguna de sus aficiones me atrae, precisamente. Odio las corridas de toros, también la caza y cuidar animales, tampoco me gusta.
Ahora bien, cuando sale y deja su mundo, es otro tío. Es muy culto, porque ha estudiado para Sumiller, (bueno yo le digo, “catador de vinos”), tiene un toque afeminado, que quizá se lo invente para caer bien a las mujeres y tiene un exitazo con ellas que no veas. De hecho, las que lo conocieron fueron nuestras compañeras, Neus y Sara. Una noche que estábamos en Captain,s tomando unas copas, se les acercó, muy cortés explicándoles que la copa de vino que habían elegido era exquisita por el aroma y no sé qué chorrada más. El caso es que con su rollo y hablando muchas palabras en francés, a ellas les cayó bien y nos lo presentaron.
Un día nos llevó a su casa de Calonge y nos enseñó sus animales y sus viñas. Allí yo ya no lo vi tan afeminado ni fino, cuando está en faena, se desenvuelve muy bien y domina su oficio a la perfección. Además es muy bueno en su trabajo y le gusta lo que hace. Nos presentó a sus padres, que nos atendieron muy bien y a mí me cayó mejor que en Platja d’Aro cuando le conocimos. Es por eso que yo pienso que no tiene nada de afeminado, que lo hace para agradar a las mujeres como estrategia para ligar, que finalmente es el objetivo de todos los tíos!.
Cuando le dije a Jakob lo que pensaba de Robert, se lo llevaron los demonios, pues con su mujer era con quién estaba más encantado, como Sara es tan dulce, tan bonita y su deje sudamericano, es con la que más feeling tiene. Él que estaba tranquilo porque pensaba que con Robert el Sarasa, su frente no peligraba de que le saliera ninguna protuberancia, ahora estaba indignado y preocupado, porque una cosa es que él hiciera lo que le diera la gana, y otra muy distinta, que tu mujer haga lo mismo. (Total, machistas como nuestros abuelos!), porque a mí tampoco me hace ninguna gracia que nuestras mujeres estuvieran tan encantadas con él.
De vez en cuando, nos viene a ver Cristina a la que nuestras mujeres le han contado maravillas del amigo común que tenemos ahora. Cuando se la presentamos, Robert estuvo demasiado cortés y comedido, pero tampoco es que le entusiasmara. Cristina, tampoco quedó muy impactada por Robert. Quizá se lo pintamos todos tan bien que ella pasó de él y fue a su rollo, que no es otro que ir picando de flor en flor y con el tiempo ya veremos si vale la pena enrollarse en serio con un tío.
Yo pienso que Robert, no es sarasa, que lo que realmente quiere es ligarse a Sara y ves a saber si no tiene también el ojo puesto en Neus, nuestras mujeres ahora más que nunca, después de lo ocurrido con Cristina, si creen que es afeminado y se sienten seguras y encantadas con sus atenciones y su divertimento, Cristina no sabe lo que quiere y me tiene desconcertado, porque unas veces, sobre todo en las charlas que tenemos como amigos, es abierta, sensata y te habla como si tuviera un punto de frustración con la vida que lleva, en cambio cuando salimos de fiesta, se comporta como los borrachos que quisieran beberse la vida de un solo trago y Jakob está celoso perdido, bebiendo de su propia medicina.
Ahora salimos a menudo las tres parejas, por diferentes motivos, todos estamos interesados en que Robert y Cristina, acaben enrollándose.
Ya hemos salido los seis juntos varias veces y hasta a Jacob le cae mejor Robert, que a medida que lo vamos conociendo mejor, vemos que realmente es un gran tipo.
Hace unos meses, nos fuimos a acampar a Ordesa, un parque de Huesca que está en el Pirineo. Hicimos unas excursiones fantásticas y disfrutamos de lo lindo. Lo mejor de todo, eran las cenas que nos duraban hasta las 2 ó las 3h. de la mañana y al final nos acostábamos medio borrachos y artos de reír con los chistes de Jakob, Cristina y Neus, que son los que mejor los cuentan, por ese orden. Robert, Sara y yo somos fatales para contarlos. Antes de empezar el chiste, ya nos estamos riendo y los demás ni se enteran.
Después de cenar, jugamos a las cartas, los dados y otros juegos que son muy divertidos. Una noche cuando ya estábamos un poco borrachos, Cristina propuso que por qué no jugábamos a las prendas, que en su pueblo por las fiestas, todos lo hacían y al final todos acababan desnudos en una bacanal general que al día siguiente, nadie sabía con quién había dormido. Jakob y yo nos miramos y creo que se nos quitó la borrachera en seco, Robert y nuestras mujeres, ni le dieron importancia y Cristina, cuando vio nuestras caras, se sintió mal y matizó. Bueno he exagerado un poco con lo de la bacanal, solo algunos acababan así. Y volvió a reírse con los demás y a hacer un número de medio destape al ritmo de: Tariro, Tariro…..
Aquella noche, todos nos acostamos pensando, entre ilusionados i preocupados, como acabaría aquello la noche siguiente, si se planteaba el caso otra vez. Yo, que pensaba que aquello era un disparate, por otro lado, me regodeaba pensando que tal vez estuviera bien, pero inmediatamente pensaba en mi Neus con Robert o Jakob, y me arrepentía de lo que había pensado.
Al día siguiente, Robert que era el que mejor conocía el parque, o mejor dicho, el único que lo conocía, propuso que fuéramos caminando hasta el Monte Perdido. Nos dimos una paliza de padre y señor mío. Por el camino vimos muchos animales que él conocía muy bien y maldecía no tener la escopeta de caza para quitarse el gusanillo y matar alguna perdiz, yo le puse como condición para que fuéramos de acampada, que no trajera la escopeta. Luego me decía. – Si es broma, ¿tú crees que yo iba a cazar nada aquí?, si además en el Parque no dejan cazar!.
Por la noche, todos menos Robert, estábamos destrozados y a las 12h. ya nos fuimos a dormir, sin explicar un solo chiste. El se cachondeaba de nosotros riéndose y diciendo que éramos unos “urbanitas” que no aguantábamos un paseíllo por el campo. Nadie le hizo caso y se quedó solo al lado del fuego, refunfuñando.
En el mes de Septiembre, los padres de Robert nos invitaron a la fiesta de la vendimia que todos los años hacen en su casa, al comenzar los trabajos de recolección de la uva, que por cierto este año será muy bueno porque apenas ha llovido, solamente lo hizo hacia primeros de Julio y en agosto no ha caído una gota, ni tampoco los días que llevamos de Septiembre. La cosecha no será muy abundante, pero sí de excelente calidad. Todo esto, nos lo explica Robert que es un experto, y disfruta demostrándolo.
Empezamos por la mañana, muy temprano recolectando la uva en una viña que tienen en la ladera sur de un Puig y que ellos consideran que es la mejor. Es uva negra, este año un poco pellejuda, que como uvas de supermercado, no darías un euro por ellas.
El otro problema fue que cuando llevábamos un cuarto de hora cortando uvas, ya estábamos desriñonados, los que no estamos acostumbrados a los esfuerzos físicos. Robert y Cristina, aguantaban mejor y se les veía muy animados hablando del vino y la vendimia, pues ella, al ser de Peñarrolla de Testavins, le estaba explicando que el nombre a su pueblo le venía por tener buenos vinos y bastantes viñas, además de buenos embutidos y cosas del campo. Cosas que ella odiaba, pero que por un día no iba a pasar nada, por hacerlo. Hacia las nueve de la mañana, paramos a desayunar y los padres de Robert, trajeron “Pa amb tomaquet”, carne de cerdo que habían hecho en unas barbacoas improvisadas con bidones partidos en sentido longitudinal y parrillas de hierro. También trajeron varios “porrons de ví” del año anterior. Además de nosotros, vinieron a la fiesta, bastantes amigos y familiares de los padres de Robert. Su padre se llama Ferrán, es hijo único y su familia era de Santa Coloma de Farnès. Es un autentico “Pagès”, como antaño. Su madre, la Lola, es de San José de Almería, pero vino muy pequeña aquí y se siente más catalana que el Ferrán. Tiene cinco hermanos más pequeños que ella, que la mayoría han nacido aquí y que por circunstancias de la vida, no acaban de identificarse con Catalunya, como su país. Lo curioso es que los más pequeños, ni siquiera han estado en Andalucía. Supongo que son cosas políticas que vienen del tiempo en que España, aún no era República y hubo muchos problemas con el Reino de España, con sus diecisiete autonomías. Fue una época convulsa, entre el 2005 y 2012 en que se litigó mucho por las lenguas de los estados más importantes.
Ahora, España es una República Federal con seis Estados y poco a poco vamos tomando el lugar en Europa que nos corresponde. La Monarquía, ya es historia porque a la muerte del Rey Juan Carlos, hubo una pequeña revuelta, que a punto estuvo de acabar en guerra y finalmente, los partidos de izquierdas, decidieron ponerse de acuerdo y forzar la convocatoria de un Referéndum para que el pueblo decidiera cambiar la Constitución, o seguir con la misma.
Curiosamente, en principio, solo se aprobó cambiar el modelo de estado, pero manteniendo las diecisiete autonomías, ahora como Estados independientes. No habían pasado, ni dos años, que ya se modificó la nueva Constitución, cosa que en treinta y cuatro años de la vieja, no hubo manera de modificar una coma. En dos años, se acordó que los Estados más afines, se unieran y pasáramos de diecisiete a solo seis y así sería el Estado General, más ágil y gobernable.
También hay que decir que la Unión Europea, ayudó mucho en el sentido del cambio que hubo en la sociedad europea, a raíz de la salida de la crisis económica. Europa ganó protagonismo político a costa de la pérdida de soberanía del conjunto de países que la forman. España, fue como un revulsivo experimental, pues después cayeron los reinos de Bélgica, Holanda, Dinamarca, Suecia, Noruega. Ahora solo falta Gran Bretaña que como sigan así, acabaran cayendo. En este momento, hay un nuevo país en Europa que siguiendo el ejemplo de España, se unieron en una gran República Federal y son: Bélgica, Holanda y Luxemburgo. Se llaman la República Federal del Benelux. Llevan poco más de un año y ya están a punto de desbancar a Gran Bretaña, como la tercera potencia económica de la Unión. España ha pasado a ser la quinta y los expertos, barajan la posibilidad de hacer como el Benelux, unir España y Portugal, con lo que en este momento, pasaríamos a ser los cuartos. Claro que también hay la posibilidad de que Gran Bretaña haga igual con Irlanda e Islandia, con lo que de momento, mantendrían el tercer puesto que aún tienen hoy. Para que eso ocurra, saben que tendrán que prescindir de su dichosa Monarquía Parlamentaria, porque los irlandeses no quieren ni oír hablar de la Monarquía.
Con la rapidez que se han producido los últimos acontecimientos políticos, la Unión Europea, cada vez se parece más al resultado final que se ha pretendido siempre, que no es otro que formar los Estados Unidos de Europa.
Bueno, volviendo a nuestra historia, que yo suelo irme por los cerros de Úbeda, ya que estamos hablando de Andalucía, el caso es que los hermanos de la Lola que vinieron a la fiesta de la vendimia, fueron de mayor a menor: Rafael, Antonio y Manuel. Luís que es el más pequeño, no pudo venir porque es enlace sindical en el Ayuntamiento de Platja d’Aro y tenían una Asamblea importante.
Los hermanos de Lola, han sido pescadores en Sant Feliu de Guíxols y de pequeños, los mayores, trabajaron algún tiempo en las Salinas de Cabo de Gata. Luís es Lampista, pero también estuvo un tiempo pescando con sus hermanos cuando era muy joven.
Rafael y Manuel son solteros, pero Antonio es divorciado y tiene tres hijos También vino con su hija Carmen, su marido Quique y dos hijos pequeños que son la alegría de Antonio. Ni que decir tiene que allí se chapurreaba el catalán a duras penas, porque la Lola y Ferrán, se imponían a los demás, exigiéndoles que de castellano, nada!. Robert, pasa con sus tíos, porque él se siente más europeo, habla francés correctamente, algo de inglés y el alemán, también mucho. Lo del catalán-castellano, la verdad es que no existe la rivalidad de antaño. La que sí que es como la Lola y el Ferrán, por lo del catalán es la Cristina. Se ve que los pueblos de la Franja, tienen un apego especial a su cultura catalana-aragonesa.
Cuando terminamos de desayunar, que lo hicimos largo (una hora de reloj), y tuvimos que volver al tajo. Con la barriga llena y el dolor de huesos que teníamos de estar agachados cogiendo uva, los novatos no sabíamos cómo ponernos. Yo me escaqueé con Rafael y la Lola que estaban llevando samales llenos al remolque del tractor, para sustituir a esta, que se tuvo que marchar a la masía para preparar las Tinas con su marido. Aunque el trabajo era duro por lo que pesaban los samales, al menos estaba derecho.
Sobre las once y media de la mañana, volvimos a la masía con una buena carga de uva y se empezó a descargar en principio en unas pequeñas plataformas hechas de cemento que estaban en alto, como a metro y medio del suelo y los invitados, nos descalzamos, arremangamos los pantalones y nos pusimos a pisar la uva, como lo hacían antiguamente. Normalmente, lo hacíamos de cuatro en cuatro, o sea ocho en total, porque había dos tinas. En principio, disfrutábamos de lo lindo, hacíamos bromas con lo de que Jakob, no se había lavado los pies en dos semanas, esperando este día. La Lola riendo dijo que así saldría el vino más bueno. Entonces Jakob que se sintió un poco molesto por la broma que yo le lancé, se envalentonó y decía, - Que no veis que con lo limpios que traíais los pies vosotros, os va a salir un vino con dos grados menos que el agua de Malavella?.
Poco a poco, nos fuimos cansando de pisar uvas, y tal como nos pasó con la recolecta de las mismas, acabamos rindiéndonos a la evidencia y estábamos desolados, porque al ritmo que íbamos, no acabaríamos ni en una semana. Por suerte, todo estaba previsto y Robert nos tranquilizó, diciéndonos que el resto lo machacarían con la máquina “Fulladora”. No veas el choteo que armamos con el dichoso nombre de la maquinita.
La Lola, se tronchaba y disfrutaba de lo lindo con las cuatro parejas jóvenes que estábamos allí. Después para más choteo, nos dijo. – Bueno ir a lavaros los pies y empezaremos los trabajos de verdad de la vendimia, que ya llega la hora de comer. La Cristina sabía lo que venía porque ya conocía lo de los pies negros, pero nosotros no y cuando empezamos a frotarnos y los pies seguían de color tinto, hasta más arriba de los tobillos, las mujeres se querían morir, pues aún quedaba mucha temporada de playa y no podían ir con sus amigas con esa pinta. Suerte que nos lo tomamos un poco a guasa. Cuando le preguntamos a Robert, cuanto duraba el tinte sobre la piel, él con sorna dijo. – Tendréis suerte si el año que viene por este tiempo, no os queda algún rastro. La Cristina, más condescendiente, dijo que solo sería un par de días o tres.
Mientras comíamos, Robert nos explicó que lo que habíamos hecho con la uva, era lo más tradicional, incluso la parte de la Fulladora, las tinas, donde se dejaba reposar el caldo con la rapa, durante un par de días y después se sacaba por su peso, parte del mosto, que se llama de “primer raig” y el resto se prensaba con la prensa de madera con tornillo que se hacía girar a mano, y otras que hubo más modernas que se hacían con un motor hidráulico. El mosto se llenaba en barricas de roble de 120 litros. También había de 60 litros y hasta de 30 l. También nos explicó Robert, que antiguamente, cuando solo había barricas de madera, para almacenar todo el mosto, los pequeños viticultores, tenían barricas grandes de madera que se llamaban “Bocois” de 300 l. y hasta de 500 l.
Ellos, ya no hacían el vino así. Ahora había maquinaria muy sofisticada que hasta funcionaba con ordenador y hacía mejor vino que las barricas antiguas de madera, y además no corría el peligro de agriarse a la más mínima incidencia adversa, cosa que no pasaba con el vino de máquina. Robert y su padre siempre tenían la misma polémica, porque este decía que donde se ponga un “bon primer raig” en una bota de castanyè, curada con sus correspondientes preparaciones con enjuagados de vino caliente, quemarle un “sufrí”, (bastoncillos de azufre de unos 30 cms), una semana antes de llenarla, dejarla bullir, hasta el día de Sant Martí, taparla con un “tap de suru” envuelto en un trozo de saco y tenerla en la bodega, en silencio a una temperatura constante, sin movimientos bruscos para que no se le rompa la “mare” (entelado que hace el vino en la bota que a medida que se van cogiendo botellas y baja el nivel, se engancha en las paredes de la bota). Por eso nos decía “en Ferrán” que es tan importante, al principio no coger más de una botella al día, porque la “mare”, está débil y la forma de la bota, interiormente se ensancha muy rápido.
Su hijo decía que eso eran cosas de viejos, porque a él con las nuevas máquinas, y tanques grandes de obra y los productos y métodos que se utilizaban en Francia y California, le salía un vino fantástico y además competitivo. Como no tenían en Calonge suficiente uva para la producción que hacían, los gobiernos habían previsto autorizar un porcentaje determinado de importación de uva y así poder mantener la Denominación de Origen.
Ya por la tarde, después de comer y la clase de vinos que nos dieron el padre y el hijo, Robert nos enseñó sus animales preferidos. Tenía unos jabalís, que le dejó el propietario de una cantera de piedra que había en la zona y se llamaba Jover, que cuando se retiró porque cerraron la misma, no tenía donde dejar los bichos y Robert que le encantaban los retos como criar esos animales salvajes, se hizo cargo de ellos.
También nos enseñó dos parejas de burros que tenía muy bien cuidados, aunque no servían para nada, pero que él conservaba por afición, ser el símbolo de Catalunya, frente al toro del resto de España. Lo raro es que no tuviera toros bravos que también le gustaban. Todo lo que eran nuevas tecnologías aplicadas a la agricultura, le encantaban, su madre nos dijo que hubo un tiempo en que quería poner invernaderos para cultivar flores, pero que ella tenía muy mal recuerdo de los invernaderos de Almería y no lo dejó llevarlo a la práctica.
Terminamos el día de fiesta, hechos polvo y no quisimos ir a Platja d’Aro aquella noche, porque nos habíamos levantado muy temprano. Si que se fueron Cristina y Robert, que no parecían cansados. La Lola, cuando nos despedíamos, me dijo que estaba contenta, de que por fin Robert, parecía sentar la cabeza, y la chica le caía bien.
Aquella noche, cuando íbamos para casa, Jakob se discutió con Sara, que contrariamente a lo que acostumbraba a hacer, esa noche le hubiera gustado salir con Cristina y Robert y comentó que seguro que se lo estaban pasando fenomenal. Yo estaba alucinado, (el mundo al revés), normalmente era Jakob el que siempre quería ir de marcha. De todas formas, Jakob no había estado muy fino en todo el día. No le gustaba que Robert tuviera tanto protagonismo. Normalmente el protagonista principal, cuando salíamos juntos, era él con sus chistes, salidas de madre, excentricidades y sobre todo, su atrevimiento. No tenía miedo de nada y nos ponía a todos en apuros en numerosas ocasiones, aunque siempre se salía bien de todo, conocía a mucha gente y les caía bien a casi todos. Por otra parte, como todos sabían cómo actuaba y también hay que decirlo, solo eran gamberradas inocentes, nunca llegaba la sangre al rio.
Yo para intentar arreglar las cosas, propuse que deberíamos planear otra salida de acampada como la que hicimos en primavera a Ordesa, que tan bien nos lo habíamos pasado. Jakob se animó y dijo entusiasmado. –¿Porqué no hacemos una semana de vacaciones en Santo Domingo, o un sitio así, donde hay barra libre, buenas playas, buen “ganaooo” del de verdad y pocos pinos, porque a mí la verdad, eso de las pateadas, coger uvas, pisarlas, . Como que no… sabes?. Yo le dije que no, porque “La pela, es la pela” y además a nosotros aunque aún nos quedan vacaciones por hacer, tendremos que planificarlas con tiempo. También tenemos que contar con Cristina, que ha empezado un nuevo trabajo y no sabemos si le darían una semana. Robert no creemos que tenga problemas. Neus me dijo que porqué no nos íbamos una semana a Canarias, que había visto unas ofertas en el Corte Inglés, buenísimas!., además podíamos aprovechar para el puente del Pilar, o el del 1º de noviembre, y así no tendríamos que pedir tantos días de vacaciones. Sara que había estado taciturna desde la disputa con Jakob, ahora estaba entusiasmada y dijo que mañana llamaría a Cristina y Robert para planificar lo que habíamos hablado nosotros. Neus, con un poco de mala idea, le dijo que no llamara muy temprano, porque esos esta noche, ¿cualquiera sabe a la hora que se acostarán?.
Cuando dejamos a Sara y Jakob, yo le recriminé a Neus, lo fuera de lugar que había estado su comentario absurdo. Ella me dijo que ni que yo también estuviera celoso. Total que aquella noche, los cuatro acabamos de morros por una tontería.
Es puente, jueves, primero de Noviembre y estaremos aquí en Tenerife hasta el martes día seis. Ahora volvemos de los lagos Martianez de bañarnos y tomar el sol este de Canarias, que aunque no hace tanto calor como en el verano en la Península, pero en este tiempo se agradece. Por cierto, no hace ni dos semanas que nos ha marchado el tinte de los pies del día de la vendimia. Las mujeres estaban bien preocupadas. Robert les decía que hubiera sido una pasada ir a la playa con el tinte del vino en los tobillos.
Por la noche, Jakob había hecho amistad con un camarero del hotel y le contó que después de plegar del trabajo, se reunían unos cuantos muy marchosos, en un salón que tenían para el servicio, como cuarto de asambleas, que estaba en el sótano y allí podían hacer sus Chéflas, sin que el ruido o las risas pudiera molestar a los clientes. Jakob, inmediatamente, aprovechó para apuntarnos a todos. Así que aquella noche, cuando volvimos de tomar copas por el Café Paris y alguna discoteca o club, por tanto ya veníamos algo tocados. Mientras acababan su trabajo los camareros, nos tomamos otra copa en la barra y en unos veinte minutos, Hermindo el camarero, nos llamó para enseñarnos su “cuarto oscuro”. La verdad es que lo de oscuro, le iba que ni pintado porque la luz era tenue, pero más grande de lo que yo me había imaginado y su decoración era un tanto cutre. Había una mesa grande, pero un tanto rústica, las sillas eran de diferentes estilos y por las orillas junto a las paredes, había varios sofás hechos de obra, con numerosos cojines, que formaban como una cama muy larga y que servía para sentarse bastante gente, o si eran menos para cualquier otra cosa. La verdad es que aquello tenía una pinta de “picadero” que no se le escapó a nadie.
Cuando bajamos con Hermindo, ya había dos chicas allí que habían sacado unas bebidas y vasos de una especie de barra pequeña, donde tenían unos armarios y una nevera, se presentaron como Charo, la morena y Raquel, la rubia con un pelo casi blanco y un acento extranjero del norte de Europa. Yo pensé que su nombre no podía ser Raquel. Se lo dije a Hermindo y él dijo que ella llevaba muchos años allí y siempre decía que se llamaba así, por lo visto era de Finlandia. Al poco bajó otro chico, un poco gordito que se llamaba Roberto, cuando se presentó a Robert, este dijo: - Suerte que a mí me llaman Robert, porque si no tendríamos que llamarnos Roberto primero y Roberto segundo. Hermindo aprovechó para decirme: -Ves, tampoco él tiene pinta de llamarse Robert, pues no es inglés?. Yo no quise entrar al trapo, diciéndole que en catalán se llamaba así.
Jakob, empezó un baile con la chica rubia, una especie de Rock que los dos dominaban bastante bien, inmediatamente se unieron Robert y Cristina, Hermindo con Neus y yo con Sara. Cuando nosotros empezamos, ya se acabó la canción. Nos sentamos y nos pusieron unos gintónics que estaban fortísimos, la ginebra debía ser de garrafón del malo. Nosotros estábamos más animados que ellos, pero ellos iban más a la idea, pues Roberto, no empezó ni bailando, se recostó en un sofá con la rubia y se estaban dando un “filete” que no veas. Eso nos hizo pensar que serían pareja, pero al cabo de un momento, el que estaba con ella era Hermindo, pero más a fondo porque le estaba metiendo mano debajo de la falda. Sin darnos tiempo a reaccionar, bajaron dos parejas más, con una marcha que era demasiado, estos ni se presentaron. Se pusieron unas copas y empezaron a morrease ya directamente. Entonces Jakob, tirando de imaginación, dio un grito de ¡Atención todos!, ¿Queréis que os cuente un chiste? – “ Un catalán, un madrileño y un canario. ¿Cual creéis que ligará primero? Nosotros dijimos que el catalán y ellos dijeron que el canario, pero Jakob dijo: - No, el madrileño, porque ellos han sido campeones de liga! Contado por mí hubiera sido desastroso, porque el chiste era malo, pero él siguió contando más y más y poco a poco se quedó con todos nosotros, contagiándonos de su labia y alegría. Roberto empezó a reír y hablar y nos hizo mucha gracia porque era un poco tartamudo, aunque no se le notaba apenas, de vez en cuando se atrancaba y se ponía muy nervioso. Jakob lo cogió por su cuenta y empezó a explicarle chistes de tartajas, pero eso sí. El empezaba diciéndole.- Esto te lo digo con todo el cariño que te tengo!, se cogía de su cuello, que casi se tenía que poner de puntillas para llegar, porque Roberto, además de gordito, era enorme de alto. Montaron un espectáculo entre los dos que casi llorábamos de risa con ellos.
Finalmente, Hermindo nos dijo si estábamos dispuestos a jugar con ellos a los cambios de parejas?. El efecto de sus palabras en nosotros, hizo lo contrario que la propuesta de Jakob con lo de explicar chistes. Nos quedamos pensativos y callados.
Yo reaccioné y le dije: - Bueno, lo primero que habría que hacer es poner unas Normas, y la primera sería que todos fuéramos parejas y que supiéramos todos la pareja de cada cual, quien era. Nosotros somos tres parejas, que ya sabéis vosotros quienes somos, pero nosotros no sabemos quiénes son vuestras parejas. - “ Venga ya! Tío, si vamos a cambiar de pareja, ¿Qué más te da cual sea mi mujer?. – Dijo Hermindo. En principio me dejó un poco descolocado, pero Robert tomó la palabra y dijo. – Tú, Eduard, siempre estás poniéndole normas a todo, pero en este caso no te falta razón, pues yo también creo que si se hace un intercambio, todos tenemos que estar en las mismas condiciones. Además, nosotros no contábamos con esto, creo que deberíamos pensarlo y comentarlo con nuestras parejas, pues es una decisión que puede comportar problemas en algunos. Todos nos quedamos sorprendidos de lo razonable que era Robert, cuando en realidad pensábamos que era el más propenso a tomarse aquello como un reto para conseguir sus propósitos de Don Juan que le endosamos nosotros.
Estuvimos un rato más, y cuando vimos que nos miraban con un poco de recelo y que ellos entraban en faena, pasándose unos a otros las chicas como si fueran muñecas y otra cosa que nos extrañó es que dos chicas también se lo hacían entre ellas, a la vez que Roberto, se trajinaba a una de ellas. Bueno yo digo que nos extrañó, pero la verdad es que a estas alturas y pensando en lo que decía Cristina de los juegos de su pueblo, los programas de TV. Y demás, ya no te extrañas de nada. Nos despedimos, casi disculpándonos y ellos siguieron a lo suyo.
Cuando subimos a las habitaciones, como era temprano para nosotros, yo propuse que nos juntáramos en la terraza de la habitación de Jakob, que tenía una terraza preciosa, donde podíamos hablar y no nos escuchaba nadie, porque daba a otra habitación que no estaba ocupada. Todos estuvimos de acuerdo y así nos tomábamos la última copa. Jakob empezó contando que conocía una pareja que tenían problemas de sexo, o mejor dicho, por falta de sexo y se juntaron con otras parejas que hacían cambios y solucionaron sus problemas. Yo apunté que no me lo creía, pero que probablemente, con unas normas claras y sobre todo, estando las dos partes muy concienciados de que lo querían hacer y admitiendo los riesgos, tal vez funcionara. Las mujeres no decían ni pio, estaban a la expectativa y ni siquiera Cristina que era la más lanzada, daba su opinión.
Robert, que nos volvió a sorprender, dijo: - Desde luego, yo creo que no sería buena idea, empezar una cosa así, con una colla de desconocidos como esos salidos que están hartos de hacerlo y que tienen toda la pinta de no ser pareja ninguno y hasta ves a saber si alguno de ellos, tenga mujer e hijos incluso, durmiendo en su casa, mientras ellos están con sus amigas pasándoselo bomba. Nosotros nos conocemos bien y somos amigos todos, podríamos hablarlo con nuestras parejas respectivas y ver si todos pensamos lo mismo, solo con que alguno de los seis tenga alguna reticencia, no debemos hacerlo. A mí no me importaría y no creo que sirva como terapia, solo pienso que sería divertido y podríamos pasarlo bien. Como las mujeres, que son más recatadas, seguían calladas, les dije directamente. – Bueno, ¿vosotras que pensáis del tema?, venga Neus, tú qué crees?. La Neus me echó una mirada de reprobación y se puso muy nerviosa, pues me recriminaba que la pusiera en evidencia ante las demás. Entonces la Cristina dijo. – Bueno, yo creo que lo que tendríamos que hacer es ir a la cocina, las tres, comentarlo nosotras, sin que vosotros nos avasalléis y después os daremos nuestra opinión. Creo que es lo más justo. Las tres estaban encantadas con la idea de Cristina, se levantaron y Neus haciéndome una carantoña y sonriéndome, me dijo.- Ves como solo sabes poner normas y reglas!!!, Que poco tacto tiene mi niño!!.
Mientras ellas estaban en la cocina, nosotros estábamos haciendo cávalas y no hablábamos mucho. Yo empecé a pensar, como podríamos montarlo, caso de que vinieran diciendo que sí estaban de acuerdo. Habría que hacerlo por sorteo, como somos tres, prácticamente con que una pareja eligiera a una de las otras, ya sería suficiente, pues por descarte, las otras dos, solo tendrían que cambiarse. Ejemplos prácticos: Si a Sara le tocara con Robert, Neus y Cristina por lógica, irían con Jakob y conmigo, por tanto solo que eligiera Sara, ya sería suficiente. Primero deberíamos elegir uno de nosotros por sorteo y después el que le toque debe elegir también por sorteo entre los dos contrarios de sexo, que no sean su pareja.
Después tenemos que decidir, como lo hacemos?, donde? Y como nos lo tomaremos al día siguiente?.
En estos pensamientos estaba yo, cuando entraron las tres, bastante sonrientes, (parecía que se habían tomado un buen pelotazo). Cristina, que se erigió en portavoz, empezó diciendo: - Hemos decidido que sí nos gustaría hacerlo, pero esta vez, las normas las ponemos nosotras. Bueno, si vosotros también decidís que sí?. Jakob, carraspeó un poco, pero no dijo nada. Robert estuvo de acuerdo, Jakob asintió con la cabeza y yo también y además les dije mirando a Neus de reojo, para ver si adivinaba lo que pensaba. - ¿Cómo habéis pensado que lo hagamos, si se puede saber?. Cristina me respondió con sorna y una sonrisa picarona. – Desde luego que con un contrato, No!. Haremos un juego de las prendas, y el que pierda de los seis que ya solo llevará el taparrabos, con lo que todos estaremos ya en situación, será el que elija. Todo eso, adobado con un chupito cada uno, por base de juego. De esa forma nos animaremos más y romperemos el hielo, ¿Qué os parece?.
Jakob, estaba más decidido y lo del juego y los chupitos le molaba un montón. Robert, más guasón, me miró y dijo poniendo su voz afrancesada. – Señor Notaguio, ¿Qué tal si empezáramos aujourd’hui mêm?. – Estoy de acuerdo, por lo menos lo de las prendas, promete. Estoy deseando ver a Jakob en calzoncillos. Cristina que no dejaba pasar una, dijo riendo. – A que acabamos cambiando, hasta de sexo??. Rápidamente, sacó una baraja de cartas y dijo. – A las siete y media!, como en mi pueblo. Ah! El que pierda se quita una prenda, no valen zapatos ni calcetines, si es que alguien los lleva! El primero que se quede en bragas o calzoncillos, ese pierde!. Sara dijo. – Bueno, las mujeres nos podemos quedar en bragas y sujetador, porque si no, salimos perdiendo!. - Nada, el sujetador no cuenta, además si eso ya no lo usa nadie!. – Respondió Cristina. Neus trajo seis vasitos y la botella de los chupitos, bien helada.
Empezamos la primera partida, y perdió Robert. Se quitó la camisa. En la segunda, perdió Sara, se quitó la falda. Aquello iba rápido, ya llevábamos dos chupitos. La tercera la perdí yo, decidí quitarme los pantalones. Lo hice porque vi que Sara al quitarse la falda llevaba una camisa que le tapaba casi hasta las rodillas, pero mi camisa no era tan larga. Bueno, otro chupito más y nos las quitaríamos de dos en dos. La siguiente partida la perdió Neus y directamente se quitó la camiseta, pero se dejó el sujetador del bikini. Cristina, que ya iba un poco tocada, le intentó desabrochar el sujetador y con el cachondeo casi se caen las dos. – El sujetador no cuenta, así que fuera!. La siguiente Jakob, se quitó la camisa y empezó a enseñar “bola”. Última partida, la perdió Neus y cuando cayó el pareo al suelo, se quedó en bragas.
Cristina, para no dar tiempo a pensar mucho, cogió a Jakob y Robert, se los llevó a la cocina y les dio a uno el As de bastos y al otro el As de copas. Le dio a Neus a elegir entre bastos y copas, lógicamente, tratándose de lo que nos jugábamos, Neus eligió bastos. Sacaron las cartas los dos y Jakob tenía el As de bastos. Con lo cual, quedamos emparejados: Neus-Jakob; Robert-Sara y Cristina y yo. Luego dicen que las mujeres no hacen trampa!!.
Neus que estaba bastante bebida, propuso. – Vamos, el ultimo chupito, antes de empezar el magreo!. Robert con voz de simulación de borracho, incluyendo hipo, dijo. – Pero solo nos vamos a magrear, hip!?. Jakob que veía a Neus, que le había tocado, moviéndose con desenvoltura, casi borracha y la única que casi desnuda, con un par de tetas que le empezaron a poner a cien, no hizo caso del comentario de Robert, y ni pensaba ya en Sara. Lo que quería era empezar cuanto antes. Cristina, que era la única que no se había quitado ropa, me cogió de la mano y me dijo, mira como yo no me he tenido que quitar nada de ropa, te dejo que me la quites tú y puedes empezar por donde quieras.
Jakob y Neus se fueron al dormitorio, Robert y Sara en el sofá y nosotros nos salimos a la terraza, donde había una hamaca grande con cojines. Empecé a desabrocharle la blusa despacio y me miró con los ojos brillantes, como si tuviera fiebre. Estaba muy seria, me cogió la cabeza y me besó con fuerza, con vehemencia, con rabia, desbocadamente, como si aquello lo hubiera esperado largo tiempo. Hicimos el amor dos veces con pasión, como si fuéramos dos adolescentes, olvidándonos de todos. Cuando terminamos, éramos conscientes que aquello, nos cambiaría la vida para siempre.
Cuando volvíamos a nuestro cuarto, después de despedirnos haciéndonos un poco el borracho, más de lo que en realidad estábamos, como si quisiéramos darle un aire de normalidad a lo que yo pienso que nos marcó a todos bastante, al menos a mí sí que me marcó. Neus, muy seria y con voz muy normal, pues no estaba para nada borracha. Me dijo. – ¿Tú qué piensas?, ¿Crees como yo, que esto ha terminado nuestra pareja?. Lo dijo con un hilo de voz y con los ojos muy brillantes, como si se le fueran a saltar las lágrimas. Se arrepentía de haber dicho que sí en la cocina, pero no por ella, había visto en mi algo que le advertía de que para mí no había sido igual que para ella. Las mujeres tienen ese sexto sentido, que adivinan las cosas que pasan, sin verlas. Yo no podía imaginar lo que había ocurrido en el cuarto entre ella y Jakob, en cambio ella notó inmediatamente, lo que había nacido en mí con Cristina. Mi respuesta, o mejor dicho, como la dije le acabó de confirmar lo que ella pensaba. – Bueno Neus, no te lo tomes así. Si tú no quieres, mejor no volvemos a repetirlo, creo yo.., vamos, no?. Lo dije tartamudeando y sabiendo que lo que decía, no era verdad, además lo de mentir a mí se me da fatal. Entró al baño y noté que iba llorando, se estuvo duchando y como no salía y hacía rato que había terminado de ducharse, empecé a preocuparme y llamé a la puerta. – Neus, ¿estás bien?. Le pregunté. – Sí, ya salgo. Me contestó, y en unos segundos abrió la puerta, llevaba los brazos cruzados aguantándose la bata cerrada, se me acercó mucho, se soltó la bata entreabriéndola expresamente y rozándome con los pezones erectos en mi pecho, me preguntó. ¿Tú crees que nosotros podremos follar esta noche y echar el polvo de nuestra vida?. Porque yo, es lo que más deseo en este momento. Y me besó con fuerza, sin darme tiempo a reaccionar. Le dije. – Déjame ducharme a mí también. – No! Quiero hacerlo ahora mismo, no quiero que tengas tiempo de pensar. Y me arrastró a la cama, casi con furia y me hizo el amor ella a mí con tanta vehemencia e ímpetu que, reconozco que disfruté también de lo lindo yo, quizá al ser el tercero de la noche, no me fui en cinco minutos como acostumbraba a pasarme y también porque Neus estaba desbordada y los años que llevábamos juntos no eran en vano. Otra cosa fue cuando acabamos, pues me sentí más desconcertado de lo que estaba cuando salimos del apartamento de Jakob.
En principio, pensé que quizá lo de la terapia de las parejas no fuera una tontería, pero al día siguiente, lo vi más claro, para mí no había comparación entre lo de Cristina o Neus, seguí pensando en Cristina y esperaba que saliéramos para ver que pensaba ella. Estaba preocupado con la reacción que tendría ella al verme, pues si se comportaba conmigo indiferente o como si no hubiera pasado nada, yo me moría!. Mira por donde, yo que me consideraba una persona sensata y seria, ahora estaba nervioso como un colegial, enamorado, o encoñado con la persona que menos pensaba que me pudiera pasar. Neus, se despertó de mejor talante porque quizá pensó después de lo de la noche anterior, que no todo estaba perdido. De cualquier manera, se veía que quería luchar por defender nuestra relación.
Al día siguiente, (del cambio de parejas), quedamos en encontrarnos en el restaurante del hotel, a la hora de la comida, porque el desayuno, nos lo perdimos naturalmente, pues después de la hora en que nos fuimos a dormir, que ya clareaba, cualquiera se levantaba antes de las diez de la mañana.
Nos saludamos, disimulando normalidad, pero todos intentábamos indagar, ¿Qué pensaban los demás del “afer” de la noche anterior. Al primero que saludé fue Robert y no sé porqué, me pareció notarle un punto de satisfacción, con lo cual pensé que sería por su actuación con Sara, más que por lo de Cristina. Eso me animó.
Después bajaron Jakob y Sara, muy tensos y noté a Jakob un tanto esquivo conmigo, más incluso que con Robert, cosa que me desconcertó, pues hubiera jurado que estaría enfadado con Robert por haberse salido con la suya y que se hubiera acostado con su Sara. Al no estar Cristina, Neus le preguntó a Robert, si no bajaría a comer?, este le contestó. – Bueno, si os digo la verdad, esta mañana todavía no la he visto, he encontrado una nota, diciéndome que se iba a correr y aún no ha vuelto, ya sabéis como es Cristina, “va a su bola”. En ese momento, pasó por la terraza, sudando y poniendo cara de lamentación, pero con una sonrisa encantadora, nos dijo. - Perdonad, subo a ducharme y bajo enseguida. Neus puso una cara de “maldita la gracia que me hace”, a Robert le daba igual, yo intenté disimular mi satisfacción así como Sara y Jakob, se les notaba que estaban enfadados y habían tenido bronca esta noche. Lo que ocurre es que yo no sabía si su bronca fue por lo que había pasado entre Robert y Sara o lo de Jakob y Neus. Pronto lo supe, pues Jakob y Neus, ni se miraron, en cambio Robert y Sara hablaban como si nada y noté que Jakob no se molestaba por su conversación, incluso viendo que Sara se dirigía a Robert con más familiaridad de lo que hacía antes. Entonces vi claro que entre Jakob y Neus, había pasado algo raro la noche anterior.
Nos sentamos en una mesa grande, para ocho y estábamos muy mustios todos. En ese momento, bajó Cristina, con los pelos mojados, un pareo de flores y un chaleco voluptuoso que dejaba ver más que tapaba. Lo primero que dijo, con toda soltura fue. - ¡Qué!, después de lo de anoche, habéis decidido ya los hombres la próxima vez, hacéroslo entre vosotros? Así nosotras también nos lo podemos montar!. Lo dijo guiñando un ojo y en plan de broma. Los que ya llevábamos rato allí, donde se podía cortar la tensión con un cuchillo, maldita la gracia que nos hizo su broma. – Bueno, ya veo que no está la cosa para chistes ni bromas!. Dijo poniéndose seria y pidiendo disculpas. Entonces, Jakob muy serio dijo. – No habrá próxima vez!, dijimos que si uno solo no estaba de acuerdo, no lo haríamos. ¡Ojalá lo hubiera decidido ayer!. Lo dijo y se levantó sin comer y se fue. Como un resorte, me levanté y salí tras él para pedirle una explicación, pues quería saber que pasó la noche anterior, ya que Neus, lógicamente no me había dicho nada. Lo alcancé en las escaleras de las habitaciones, le cogí de un brazo y le dije. – Jakob, quiero que me digas que pasó anoche para que estés así. Se soltó bruscamente y me contestó. – Acaso no te lo ha explicado tu mujer?, si quieres saberlo, pregúntale a ella!. Yo me marcho para Catalunya ahora mismo!. Me lo dijo en un tono amenazante y me dejó desconcertado, pues ahora tenía que volver a la mesa y no sabía muy bien que les iba a contar a los demás. Cuando me giré para volver a la mesa, me encontré detrás de mí a Sara que había escuchado todo y estaba con un gesto estupefacto, desconcertada. Subió por la escalera tras de Jakob y al pasar por mi lado me dedicó una sonrisa tierna y de preocupación a la vez. Yo volví a la mesa, donde todos estaban expectantes y preocupados. Les conté que Jakob me dijo que se marchaba, que estaba enfadado y que no sabía por qué. Neus dijo que no había sido buena idea lo del cambio de parejas. Yo le dije que, si no querías hacerlo, ¿porqué dijiste que sí anoche?. Robert, dijo entonces. – Yo sospechaba que esto podía pasar, porque una vez, viví un caso parecido, entonces la victima fui yo. Cuando terminé la carrera, me fui a vivir a París unos años, yo era joven, vanguardista y quería probarlo todo. Allí vivíamos siete parejas en un Chatò de las afueras que teníamos alquilado, nos llevábamos muy bien todos, hasta que un día decidimos hacer un cambio de parejas. Todo fue bien, pero yo perdí a mi novio, otro compañero se lo llevó.
Los tres nos miramos incrédulos, como si no hubiéramos escuchado bien lo que Robert acababa de decir como lo más natural del mundo. Él continuó su relato como si tal cosa. – Sí, no os asombréis, pues contrariamente a lo que pensáis, yo no soy homosexual y lo supe por aquel percance que tuve, pues sentí de alguna manera que aquello me liberó de una vida que estaba viviendo que en el fondo no me gustaba. Yo puedo decir, como el del chiste, “que no soy marica, porque lo he probado y no me ha gustado”.
A Cristina y Neus, no les extrañó tanto como a mí, porque ellas siempre lo sospecharon y la intuición femenina, hace mucho, pero yo, me había vuelto a equivocar con Robert y la verdad, no sabría si decir que sentía admiración por aquel tipo, que me caía bien y me sorprendía con sus rarezas, naturalidad y su sinceridad. Su filosofía de vida, no era normal.
Entonces me levanté e invité a Neus a que me acompañara a la terraza un momento, porque quería hablar con ella a solas. – Mira Neus, ya sé que no tenemos que darnos ninguna explicación el uno al otro sobre lo de anoche, ¿pero tú puedes o quieres explicarme algo de de lo que ocurrió entre vosotros anoche para que Jakob se haya puesto así?. Le he preguntado a él y me ha dicho que te lo pregunte a ti. Ella me contestó en tono melancólico y casi al borde de las lágrimas. – Eduard, no es que anoche pasara nada especial entre Jakob y yo, es que yo ya sospechaba que mi batalla estaba perdida de antemano, deberías preguntarte mejor, ¿Qué pasó entre Cristina y tú? Porque eso en realidad, es lo que va ha hacer cambiar la vida de las tres parejas. Parece mentira que el hombre de las Normas y Reglas, haya pasado por alto que cuando una pareja se quiere de verdad, no necesita hacer un cambio de parejas.
Se marchó y no se paró en la mesa, solo vi que les dijo algo y se subió a la habitación, regresé a la mesa y me sentí como Judas cuando le dieron las treinta monedas. Robert me animó un poco diciéndome. - Al principio se pasa mal, pero el final es bueno. No le respondí, pues sus sentencias me sacaban de quicio en ese momento, aquel hombre parecía saberlo todo!!.
Esperamos a comer a ver si alguien bajaba, pero no fue así. Finalmente me levanté y les dije. – Voy a hablar con ellos, a ver si les hago entrar en razón y que terminemos estas vacaciones, medianamente bien!.
- Tú mismo, pero no creo que te hagan mucho caso, mi opinión es que comamos y después las cosas se ven mejor. Me dijo Robert. A Cristina la vi un tanto preocupada, pero no dijo nada.
Subí a nuestro cuarto y encontré a Neus en la cama, con signos claros de haber llorado, pero hacía rato y estaba serena. Me dijo que era mejor bajar a comer, que ya se le había pasado y que estaba de acuerdo en terminar bien las vacaciones. También me dijo que con Jakob y Sara que hablara yo.
Llamé a la puerta de su habitación en la que sentí conversación un tanto exaltada, pero no demasiado. Me abrió Sara y me dijo que la ayudara a convencerlo para que no se marchara, y menos así. Entonces me dirigí a él, mirándole directamente a la cara, ya que noté que él me esquivaba la mirada, le dije. – Jakob, somos amigos desde pequeños, para mi eres el mejor amigo que he tenido nunca. Aún no sé lo que pasó anoche, pero me da igual, ahora solo te pido que bajemos todos a comer juntos y allí en la mesa decidamos que hacemos entre todos, y si tenemos que marcharnos antes de lo previsto, lo haremos todos juntos. Se levantó, me cogió la mano con las dos suyas, apretando fuerte y me contestó. – Si, tienes razón!!, como siempre Licenciado!!!.
Bajamos a comer, y la mesa era un poema y como siempre, Robert “el adivino” dijo que deberíamos dar por terminadas las vacaciones y aprovechar la tarde para hablar con la agencia, si nos podíamos regresar antes, aunque perdiéramos dos o tres días de estancia.
Así lo hicimos y nos consiguieron un vuelo que salía a las cuatro de la madrugada.
Llegamos a casa, sobre las once de la mañana, todo el camino lo hicimos un tanto taciturnos y cuando cerramos la puerta, Neus me dijo bastante decidida, se la veía con el discurso estudiado y no quería obligarme a mentirle de nuevo ni tener dudas de lo que daba por sabido. – Eduard, debemos darnos un tiempo. He llamado a mi tía Fina, la Farmacéutica que vive en Florencia que no tiene hijos y siempre ha querido que yo llevara su farmacia desde que supo que me saqué la carrera. Está encantada y pienso marcharme hoy mismo. Además el nuevo trabajo que me han asignado ahora, tampoco es que me agrade mucho!. Me quedé tan sorprendido que no sabía que contestar, solo pude balbucear si era necesario que se marchara hoy mismo?. Se puso a deshacer las maletas y al lado puso una grande que no nos habíamos llevado e iba metiendo su ropa. Me senté en la cama y no dije nada, intentaba analizar, ¿Qué sentía yo?. Pensé que era un egoísta, porque lo que estaba haciendo, realmente me facilitaba las decisiones que un día u otro, yo debía tomar.
Anímicamente, estaba destrozado! Yo no soy una persona a la que le agrade hacer daño a nadie y menos a la pareja con la que llevaba tanto tiempo, que sabía que me había querido con locura y que yo también la quería, pero como se ha demostrado, mucho menos que ella a mí. En menos de una hora, había llamado a un taxi, llenado dos maletas de ropa, una bolsa de zapatos, un neceser con menudencias personales y quería llenar otra bolsa de libros, entonces le dije. – Déjame que te haga un paquete con la música, el ordenador y los libros y te lo mande a Florencia por correo!, además solo nos estamos dando un tiempo, no?!. Ahora era ella la que estaba nerviosa, y me contestó balbuceando y hasta tartamudeando. – Bueno, ya hablaremos de eso más adelante, ahora solo quiero irme rápido!. Le ayudé a bajar las maletas al taxi y cuando nos despedimos en la calle, me abrazó y me besó. Yo tenía los ojos arrasados de lágrimas y ella metió la cabeza en el coche mirando a la calle, para que yo no la viera, le dio orden al taxista de que arrancara y yo que tenía las manos apoyadas en la ventanilla, le susurré. – Neus, ¿Qué nos ha pasado???. No creo que me escuchara! Pero miró hacia arriba llorando y fue girando la cabeza hacia mí mientras el coche se alejaba!, jamás olvidaré la expresión de su cara!!!.
Subí a casa como un zombi!, me tumbé en la cama y estuve meditando todo lo que me había pasado los dos últimos días, no sé cuánto tiempo pasé así, pero seguro que más de dos horas. Ahora estaba más calmado y empecé a pensar con más raciocinio ¿qué debía hacer?. Me empezó a doler la cabeza y pensé que tenía que ver a alguien rápido, porque tenía que contar lo que me había ocurrido, así me desahogaría y que me aconsejaran, porque si seguía así me acabaría volviendo loco. Inmediatamente, pensé en Jakob, incluso, instintivamente ya estaba buscando su número en mi móvil, pero antes de apretar la tecla, deduje que no era buena idea y cambié de opinión. Iría a ver a Robert, además no lo llamaría, me presentaré en su casa de Calonge y hablaremos!.
Cuando me abrió la puerta, se sorprendió mucho, supongo que más por el aspecto que tenía que por la visita. Inmediatamente me hizo pasar y me dijo que aún no había deshecho el equipaje, porque había estado comiendo con sus padres y le habían preguntado por el viaje y el hecho de volver antes de tiempo?. Ellos pensaban que había pasado algo con Cristina, porque según me dijo, ella se marchó antes de comer a Barcelona y la veían un tanto, rara. Entonces entendí mi subconsciente, pues yo no solo quería ver a Robert, sino también a Cristina, pues el hecho de que se hubiera marchado, me contrarió de alguna manera.
Me preguntó si había comido algo, intuyendo que no, por mi aspecto, llamó a su madre para que me preparara algo y me dijo con su aire de estar de vuelta de todo y con palabras que solo los amigos de verdad saben darles el tono menos ofensivo. – Neus se ha ido, ¿no?, me imagino que te ha dicho que quiere tomarse un tiempo!, pero conociéndola, como la conocemos, eso es para siempre. Además, aunque te sientes fatal!, en el fondo piensas que no estás tan mal, porque con su manera de actuar, te ha facilitado el paso que tienes que dar ahora, que conociéndote a ti, tal vez nunca lo hubieras dado y habrías acabado siendo un amargado toda tu vida. Hay que reconocer que Neus es excepcional!!. De la manera que dijo la última frase, me di cuenta, que otra vez nos había sorprendido a todos, pues no era Sara la que le gustaba, bueno, también!, pero a la que él quería de verdad, era a Neus. Entonces le dije. – Bueno, además de adivino, también eres Sicólogo!
Sin ningún tipo de modestia, me respondió riéndose. – Bueno, siempre me ha interesado la Sicología, no me hubiera importado estudiarla!.
Le conté lo que acababa de suceder entre Neus y yo y lo mal que me sentía, creí oportuno ahorrarle el detalle del taxi, después de lo que descubrí, o creía haber descubierto sobre sus sentimientos hacia Neus.
Eduard, me dijo. – Cristina y yo nunca seremos una pareja al uso, porque no tenemos ese feeling que hay que tener, pero sí que somos realmente buenos amigos, Cristina no es como nosotros la vemos, frívola, atrevida, sin importarle mucho las cosas importantes, cuando la conocí, me paró los pies rápidamente y me puso en mi sitio, además me confesó que podría tener alguna aventura, hasta conmigo, pero que ella estaba enamorada realmente de una persona, con la que sabía que jamás podría vivir. No me dijo de quién! Naturalmente!, pero con mis dotes de Sicólogo, no tardé en averiguar quién era. Así que te doy el tiempo de comerte lo que te sube mi madre y ya la estás llamando por teléfono! Que debe estar que se muere!.
La Sra. Lola, me subió un caldo de “cardolla”, con su pelota y todo y aunque al principio le dije que no, el olor me hizo rectificar, porque el estómago no sabe de sentimientos y cuando se llevan más de 24 h. sin comer nada, está uno canino. Mientras cenaba, hablamos de Jakob y Sara y le comenté que no había querido hablar con ellos, porque no sabía cómo estaban como pareja, Robert me dijo que o mucho se equivocaba o serían los únicos de la colla que acabarían salvando su matrimonio, pues Sara, se que quiere mucho a Jakob, otra cosa es que él se la merezca. Noté un poco de resentimiento hacia Jakob, por parte de Robert.
Cuando me despedí de él, ya era de noche y en la puerta me dijo que si no me importaba, a la mañana siguiente, llamaría a Neus para interesarse por ella y ofrecerse por si necesitaba algo. Yo le dije que no me importaba y que le diera las gracias a su madre por la cena.
Salí de Calonge, y antes de irme a casa, me lo pensé mejor y volví a Platja d’Aro a casa de Jakob y Sara para hablar con ellos y explicarles lo que me había ocurrido. Llamé a la puerta y Sara me abrió enseguida, me dio dos besos y miró detrás de mí sorprendida de que fuera solo. - ¿Cómo es que vienes solo?, Donde está Neus?. Jakob se levantó del sofá, también alarmado y me preguntó que había pasado. Les conté lo ocurrido y se quedaron consternados. Sara fue a la cocina para preparar unos sándwiches y Jakob me comentó en voz baja que no comentara a nadie, lo de su “gatillazo” con Neus, el día del cambio de parejas, pues él lo achacaba a que habíamos bebido mucho esa noche y él más que los demás. Me quedé sorprendido y le dije que yo no sabía nada de eso.
Entonces entendí su reacción del día antes en la comida.
Cuando volvió Sara de la cocina, comentó que nunca debimos hacer aquel juego estúpido. Ellos por lo menos, ya lo habían hablado y nunca más tentarían la suerte. Estaban cogidos de la mano y me vino a la mente, las palabras de Robert sobre la pareja. Entonces entendí, que Robert dijera que Jakob no se merecía tener una mujer como Sara, quiere decir que Sara no le dejó a Robert que se la tirara esa noche!.
Sara me preguntó si creía que debería llamar a Neus para preguntarle cómo estaba y yo le dije que mejor lo hiciera a la mañana siguiente, porque esta noche quiero llamarla yo y preguntarle algunas cosas e intentar calmarla, también pensaba hacerle una visita en Florencia para llevarle personalmente lo que necesitara.
Cuando salí de casa de Jakob y Sara, me subí al coche, marqué un número en “el manos libres” y me contestó una voz melancólica y un poco apática. – Hola Eduard, ¿cómo están los ánimos por el Baix Empordà?. Le conté lo que había pasado con Neus, lo que había hablado con Robert y con Jakob y Sara y le dije que mañana quería verla sin falta, o ella venía a Begur, o yo iría a verla al fin del mundo si fuera preciso!. Ahora su voz ya no era melancólica, estaba eufórica y casi me gritó al decirme: -¡Cariño, no te imaginas lo que he deseado que llegara este momento, Soy tan feliz que voy a bañarme en la Font de Canaletes como hacen los jugadores del Barça cuando ganan un título!!!.
Le respondí, fuera de mí. - ¡No! espérame, mañana no!! Ahora mismo salgo para Barcelona y vamos los dos y si quieres nos bañamos juntos! Y desnudos si hace falta, para que nos detengan!!!!.
Al otro lado del teléfono, escuché que decía Cristina. -¡Uiii, me parece que este Señor tan serio, está empezando a romper LAS REGLAS!!!.
